viernes, 20 de noviembre de 2009

"Pague por ver"

Ricardo Rivadeneira

Hace ocho días se les propuso un ejercicio que busca medir la capacidad de análisis que poseen de un fenómeno audiovisualmente complejo y en el que se hacen explícitas las categorías de imagen, cuerpo y medio que Hans Belting procura desarrollar en su libro.

Prepararse para ir al encuentro de las imágenes de una manera profesional implica dejar, en muchas ocasiones, de lado aquel criterio que se basa en la premisa: “me gusta”, para sobreponer la idea de: “Me puede interesar ó ¿Qué puedo aprender de lo que he visto, así no me guste?”.

Sin duda, el ir al cine constituye un acto que esta guiado por la idea hedonista de la satisfacción pegueño-burguesa del consumo de las imágenes. Dicho acto ritual implica un gasto, a manera de intercambio de valor, por ver las imágenes. “Pague por ver”, dice el anuncio que publicita lo mejor de los canales de televisión privada.

Con el ejercicio propuesto, no solo han tenido que pagar por ver algo, sino que varios de Ustedes han sido sometidos a la prueba de resistir ver (y escuchar) algo que va contra sus más profundos principios estéticos. Sin embargo, poco importa en este momento saber el carácter individual o la anécdota que acompañó el ejercicio de ver la película.

Lo realmente importante de este tipo de ejercicios es saber si Ustedes, a estas alturas del partido, logran o no establecer relaciones importantes entre los conceptos que son motivos de análisis en el curso, es en ese sentido que la lectura del libro de Hans Belting podría haber tenido sentido.

Tan solo superando el trauma, sería posible desarrollar un ejercicio que vaya más allá de la crítica apasionada, para así deslizarse sigilosamente por el camino de la explicación ampliada de los diferentes problemas visuales y sus relaciones con los marcos socio-culturales.