viernes, 31 de julio de 2009

Nariz, deformación y pérdida






*La primera imagen es una serigrafía hecha por Andy Warhol en 1984.
© Andy Warhol Foundation for the Visual Arts / ARS, New York



Thriller ó en busca de la nariz perdida





Hoy se dice que nunca apareció el pedacito de prótesis que le servía de nariz a Michael Jackson. Como todo un Tutankamon MJ fue sepultado en un cofre dorado, quienes vivimos la época en que Lina Botero presentaba el programa los 10 mejores de la música, resultó nostálgica la repetición incesante de varios éxitos comerciales que sonaban hace 20 años gracias a las agujas que punzaban a los acetatos (léase LPs.)
Otro hecho que se produjo de manera reciente fue la inauguración de la exposición Mr. America de Andy Warhol en Bogotá, allí dos aspectos tenían que ver diréctamente con MJ como "Rey del pop": La serigrafía titulada Moonwalk de 1987 (sobre tabla, 96,5 x 96,5 cm, es decir cuadrada y propiedad del Lenox Museum) y que evocaba al cantante y bailarín inaugurando su famoso paso de baile en la entrega de una de las primeras versiones del MTV Music Awards, finalmente (y como la muerte) un texto que decía:

"Al final de mi vida, cuando muera, no quiero dejar restos y no quiero ser un resto".

Hace poco la célebre editorial argentina Katz publicó el libro de Hans Belting titulado Antropología de la imagen, en la página 201 aparece una imagen que podemos relacionar con el tema, se trata de un busto del visir egipcio Ankh-haf, que procede de Giza y que data de ca. 2580 antes de nuestra era, es una figura humana a la que le falta la punta de la nariz.

Surgen preguntas.

Si Usted encuentra una cosa tirada en el piso con forma de punta de nariz la reportaría ante el 911 de los Ángeles (California)?

No será que el problema del desgaste de la nariz de MJ, y siguiendo a Michel Pastoreau, es el resultado de frotarse la punta de un miembro que puede tener connotaciones fálicas o clitorianas?

Si para Georges Bataille el dedo gordo lo fue todo, parece que para MJ la figura de su nariz nunca lo dejó satisfecho, incluso no pudo descansar en paz porque se perdió.



RICARDO RIVADENEIRA.